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CoaRECS - Club de Observadores de Aves de la Reserva Ecológica Costanera Sur

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21/11/2024 - 09:00 hs.

Pájaros nuestros (poemas)

por Juan Burghi - Ilustraciones de Salvador Magno

Editorial Guillermo Kraft - Buenos Aires. 1942.


PÓRTICO

Pájaros

PAJARO: gracia, belleza, melodía, ritmo, y también utilidad. Ser maravilloso que participa del agua, de la flor, de la Irisa, dd rocío. Conciencia de la luz y voz que se anticipa a ella, pues noche aún aclara con sus trinos la rama en que mora. Pájaro y nido, cosas inherentes al árbol como la flor y el fruto. Vivida flecha de armonía que, al pasar alegre bajo el sol de primavera, florece en el espacio... Euritmia, impulso, movimiento, equilibrio, matiz. Hasta la voz que lo designa, pájaro, es elástica, vibrante y parece describir la parábola de un vuelo.

Pájaro: gracia, belleza, melodía, ritmo, y también utilidad... Y el niño se ensaña con él y el hombre lo destruye. En la mano que dispara la honda del niño o el arma del hombre, sobrevive el instinto ancestral del ser milenario que, -por necesidad, mataba. Pero el niño no sabe y el hombre no piensa. Es así cómo en un aleccionante, verso de ]ules Renard, un campesino pide al ave que le devuelva algunas cerezas que ha tomado en los árboles de su huerto. Y el ave responde: "Sí, te las devolveré y, con ellas, las mil larvas que de esos mismos árboles también he quitado..."

PAJAROS EN LA AURORA

Tímido y sol,
noche aú, el chingolo
-agreste bardo-
como en sueños, y acaso desde un cardo,
da su cantito rústico el primero.

Luego, a poco, el hornero.
súbita y estridente algarabía:
toda una celestial cristalería
que, de escalón en escalón, cayera
por marmórea escalera,
sobresaltando en su quietud la urna
de la noche...

(El vuelo algodonoso
de las aves nocturnas
se hace rápido, huidizo y temeroso).

Desde el húmedo estero,
el vigilante tero
le va quitando hilvanes a la sombra...
y, al lanzar impaciente
su grito de: ¡Presente!,
se nombra.

(Los hilvanes más alto,
las últimas puntadas,
con vuelos en zigzag y sobresaltos
que parecen piruetas,
y un chirriar de tijeras oxidadas,
los cortan el final las tijeretas).

En el primer albor que se vislumbra,
pasa rápido un misto y su chispeo
pone puntos de luz en la penumbra...
Gozoso, el benteveo,
dice a gritos: ¡Ya veo...!

(La noche que se aleja,
en el gemir de la torcaza se queja,
y llora su derrota
con sollozante nota).

Aparece el pirincho pajizo
con su aire bobalicón
-a veces, como enfermizo-
y su acento de niño llorón.

(Cruza el trillo polvoriento
en cauteloso desliz
de rítmico movimiento
-aspecto pulcro y feliz,
oído alerta y ojo atento-
la señorita perdiz).

Al salir de su nido enmarañado,
se enreda y, enredado,
se le suelta el resorte al espinero,
que se agita estridente y vocinglero.

(A ras del suelo, tensa el ala,
rápida y fina,
una cruz blanquinegra que resbala,
la golondrina).

De luz, musical anhelo,
es el silbo del zorzal,
límpido y fino cristal
donde va aclarando el cielo.

Garabatea su vuelo
el churrinche -de la lumbre
rojo y vivaz corazón-
y al par que revuela, con
el ...rrin-churrín agridulce
le va quitando la herrumbre
al gozne de su canción.

(En si inocente júbilo extasiado,
mientras le canta al sol que ya destella,
el cimarrón dorado
es un corcho frotando una botella...)

Minúscula y vivaz, hace la ratonera
sus gárgaras de sol, y se dijera
que le desborda el buche ahito
en musical y alegre gorgorito.

Y la calandria, manantial sonoro,
entre toda armonía soberana,
con su canción trabaja la mañana
como joya de oro.


Pájaros nuestros (poemas)
por Juan Burghi - Ilustraciones de Salvador Magno
Editorial Guillermo Kraft,Buenos Aires. 1942.

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