La perdiz
Cuando el sol con nuevo brillo
da al campo el primer matiz,
se aparece la perdiz
muy oronda por el trillo;
lleva su traje amarillo
de recortada capita,
y es tan gentil, tan damita
que, por hilar una charla,
dan ganas de saludarla.
"Buenos días, señorita...
Más apenas que nos vio,
sin moverse casi, ahí mismo,
por virtud del mimetismo
entre el pasto se esfumó.
Al buscarla, se soltó
brusco el resorte del vuelo;
no irá lejos en su anhelo,
ni hay temor de que se pierda,
pues tiene muy poca cuerda
y va casi al ras del suelo.
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