La gallareta
Dónde irá tan presurosa
la señora Gallareta,
con esas grandes zancadas
de sus pies, sólo con medias.
De los juncos inundados
en donde ella siempre mora,
salió así, tan aturdida,
que olvidose hasta la cola.
Viste un traje verdinegro
que le ciñe bien el busto,
las patas y el pico verdes
como pedazos de junco.
Con la punta de sus alas
el agua, al volar, pellizca,
y al espejo blando y móvil
va arrancando húmedas chispas.
Dónde irá la gallareta
de prisa, en medias, sin cola
y, además de todo eso:
Tac, tac, tac... hablando sola.
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