El carpintero (hoy Carpintero campestre)
¿Qué hace, buen carpintero,
con el mazo y el formón,
horadando el corazón
del árbol, un día entero?
Luego, va usted ataviado
con ese lujo oriental,
que en un obrero manual
me parece exagerado.
Y, asomado al agujero
que con tal empeño labra,
me dice, con su palabra
tartajeante, el carpintero:
-Como artesano cabal,
cumplo toda mi jomada
sin ensuciar para nada
ni siquiera el delantal.
-No hay peligro de que hienda
un árbol sano; aprovecho
lo que la carcoma ha hecho,
para instalar mi vivienda.
-Si quito al árbol que ahueco,
del corazón un pedazo,
en seguida lo reemplazo
con un corazón entero.
-Y cuando oiga de mi pico
el persistente golpear,
no tiene que preguntar:
siempre una cuna fabrico.
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