La ratonera
¿Qué habrá perdido la ratonera,
que pasa casi la vida entera
busca que busca con tanto afán?
Y lo hurga todo con gran apuro,
asciende y baja pegada al muro,
rasca que rasca con su crac, crac.
Y es tan ligera en su movimiento
cual una pluma que sopla al viento,
que sube y baja, que viene y va...
No hay agujero, caño, ni grieta,
ni tronco hendido en que no se meta:
no deja nada por registrar.
Es una lucha más bien que un ave,
una bolita de pluma suave,
color café.
Sus vivos ojos, negros puntitos,
buscan pulgones, moscas, mosquitos,
y su piquito es un alfiler
que al cielo apunta siempre que canta,
cuando desborda de su garganta
un gorgoteo que, fresco y fino,
se hace sonoro de cristalino.
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